Un campeón como una
Catedral
El Real Madrid conquista en San Mamés su trigesimosegunda
Liga a falta de solamente dos jornadas para finalizar la temporada
LÓPEZ Paula
Regular, firme, contundente,
goleador, rompedor de récords. En resumen, el mejor. Estas son las palabras que
concentran la gran trayectoria que el Real Madrid está llevando a cabo esta
temporada y que ayer consumó consiguiendo su trigesimosegundo título liguero.
Lo consiguió a lo grande, dominando en todo momento al gran conjunto de Marcelo
Bielsa y en un San Mamés inmenso y lleno de tensión, que no dejaba respiro a
los jugadores ni aficionados blancos.
La persistencia es lo que le ha hecho
ser Campeón de Liga y conseguir esos números que no se superaban desde la
Quinta del Buitre. Unos números de otro Mundo, unos números que nunca se
habrían podido imaginar: 115 goles en
35 partidos. Y, probablemente, logren batir un récord más: llegar a los
100 puntos. Lo nunca visto. El Real Madrid, en todo su esplendor, ha sido capaz
de ganar en las buenas y malas tardes, además de en las mañanas, y recorrer
todos los campos de España con un promedio de 3 goles por partido. Con
inspiración y buen juego, o sin él, los encuentros ligueros se han cerrado, en
su mayoría, con marcadores escandalosos. Lograr tal hazaña es como convertir
agua en vino. Un milagro similar.
El triunfo en San Mamés no es un
triunfo cualquiera. El Real Madrid, no sólo ha conseguido hacerse campeón donde nunca
antes lo había hecho nadie, sino que, con este triunfo, el Real Madrid cierra
la temporada con victorias en todos los
campos de fútbol de todos los equipos campeones de Liga (Camp Nou, Calderón,
Mestalla, Villamarín, Anoeta, , Pizjuán, San Mamés.) Los blancos han sido, en
definitiva, justos vencedores de una
liga más que disputada por esos dos grandes equipos españoles, europeos y
mundiales: Barça y Real Madrid.
¿Mérito de Mourinho?
Lo innegable, y lo único que no
admite discusión, es que Mourinho ha tenido mucho que ver en esta enorme
temporada del Real Madrid. En su llegada a Madrid la temporada pasada, prometió
conseguir récords, buen fútbol y, sobre todo, muchos títulos. La temporada
pasada consiguió la Copa del Rey. Esta campaña, y después de ocurrir, como
diría Guardiola, “cosas extrañas”, los blancos quedaron eliminados de la Copa.
La semana pasada, tras un fuerte enfrentamiento con el Bayern y llegando hasta
los penaltis, cae también en Champions. La prometida y ansiada décima, un año
más se aleja de Madrid. A cambio, Mou ha entregado a su afición una valiosa
Liga, que vale por 20. Él prometió ir en aumento, y lo está consiguiendo.
Su gran capacidad técnica no es algo
desconocido, más si hablamos de un entrenador que ha ganado 7 Ligas en cuatro
países distintos. Sin embargo, Mou era calificado por muchos como un entrenador
de poca técnica, poco juego, aburrido y ultradefensivo. Ese entrenador
ultradefensivo ha conseguido batir dos récords: el de llevar ya 115 goles, y el
de terminar con el mejor Barça de la historia, además de con Guardiola. Y es
que, el técnico culé, ante la que se avecina, ha decidido dejar el FCB y
“dedicarse a su familia”. Digamos que cree o quiere salir victorioso de una
guerra que ya da por perdida de antemano. Ve como el imperio azulgrana se
derrumba, pero prefiere verlo desde fuera.
Suspense
A falta de dos jornadas, y a siete
puntos del Barça, era evidente que el Real Madrid se proclamaría campeón en San
Mamés o, en su defecto, en tierra granadina. Pero ahí no quedaba la cosa. Ambos
equipos, Real Madrid y Athetic, estaban pendientes de lo que el Barça hiciese
tan sólo dos horas antes. Si este perdía contra el Málaga, el Real Madrid se
convertiría automáticamente en campeón de Liga sin haber pisado aún el césped
de San Mamés. Y eso, desde luego, era una alegría para los blancos, pero un
temor para los leones. La afición rojiblanca se negaba a ver a su
equipo hacer el pasillo en su casa al
Real Madrid, y los aficionados merengues soñaban con ese momento. Ni para unos
ni para otros. Tras la victoria del Barça, todo quedaba en manos de dos grandes
equipos que protagonizaron un partido lleno de emoción, buen fútbol y mucha
expectación.
Desde el primer minuto el Real Madrid
salió a por el partido. Estaba decidido a proclamarse campeón en un estadio en
el que, habitualmente, no es bien recibido. A los dos minutos, una primera
oportunidad de Fabio Coentrão con la zurda y una gran parada de Iraizoz. Unos
segundos más tarde, otra ocasión de Cristiano Ronaldo de cabeza tras un córner
lanzado por Özil. En el minuto 11, se sucede un penalti a favor del Real
Madrid. Javi Martínez recibe una tarjeta amarilla por tocar la pelota con la
mano (parece que no). Los blancos ya cantaban gol, cuando el portero rojiblanco
se hace con el cañonazo lanzado por Cristiano Ronaldo. En solo 20 minutos de
partido, el Real Madrid ya ganaba por 0-2 y la tensión iba en aumento. El primero, de Higuaín. Un excelente pase de
Özil desde la frontal hizo que el argentino lo convirtiera en un gol que daría
una Liga más al Real Madrid. Recordemos que, el Pipita, fue el autor del gol
que dio su última Liga hace cuatro años al Real Madrid. Higuaín recordaba, una vez más, al madridismo
que sigue ahí y que quiere continuar en su equipo.
En el minuto 19, un nuevo gol. Esta
vez de Özil. Un pase medio curvado de Cristiano Ronaldo fue empujado por el alemán con un zurdazo,
enviando el esférico al fondo de la red. Era ya el 0-2, el descanso llegaba y
San Mamés rugía.
El resultado era engañoso. El
Athletic no estaba haciendo uno de sus mejores partidos, pero lo estaba
luchando. La suerte y la puntería no estaban esta vez del lado de los
bilbaínos. Además, la situación no era igual para los dos equipos. El Real
Madrid se jugaba la Liga, su único título esta temporada, y el Athletic tiene
aún dos finales por jugar. No hay que culparles. Es un equipo joven, con muchas
ganas, pero falto de experiencia. Es
comprensible que, en momentos así, su cabeza esté en otra parte. Por mucho que
la grada exija, grite y cante exterminar a un equipo que, durante generaciones,
ha significado pura rivalidad, los veinteañeros jugadores, nunca antes
enfrentados al Real Madrid, no ven como crear tal hazaña. Se crea entonces un
clima de confusión y bloqueo en los jugadores.
En la segunda mitad, el Athletic
salió más fuerte, pero el Real Madrid seguía dominando de cabo a rabo el
partido. Sin embargo, y aun con un 0-2 en el marcador, el Real Madrid continuaba en alerta. Todos
sabemos la ambición de este equipo, el Athletic, y el poder desequilibrante de
alguno de sus jugadores, como Llorente.
Reproches y cánticos
El tercer gol llegaría pronto. En el
minuto 51, Cristiano Ronaldo mató el partido. Las gradas comenzaron a vaciarse
y el juego se tornó espeso. Ya estaba hecho. Un 3-0, segunda parte, un Real
Madrid fuerte y un Athletic que, en esos momentos, no sabía a lo que jugaba. No
hubo mucho afán por parte de ninguno de los dos equipos, ni en aumentar
distancias, ni en reducirlas.
El Real Madrid estaba haciendo el
fútbol que gusta en San Mamés, de ahí que gran parte de la afición del fútbol
en general, no sólo madridista, no entienda los cánticos que, durante todo el
partido se mantuvieron. “Ese portugués hijo…”, “Florentino hijo de…”, “Así,
así, así gana el Madrid”, “Tonto, tonto, tonto…”, a Cristiano Ronaldo. Y
algunas otras barbaridades que no merecen ser nombradas.
A pesar de todo, y finalizado el
partido, esa gran afición que es la de los
leones, dejó que el nuevo Campeón de Liga celebrase en paz y armonía su
título sobre el césped (nadie abrió los aspersores). Una vez más, y al
final, la afición del Athletic
demostraba su saber perder, por doloroso que fuese para la mayoría de sus
aficionados.
Bielsa, un señor de la cabeza a los pies
Tras el partido, Marcelo Bielsa compadeció en rueda de
prensa, poniendo fin a las dudas que muchos “antimadridistas” o “proculés”
tenían. "El Real Madrid ganó, es justo campeón de Liga y tiene
derecho a festejar", manifestó.
En cuanto al partido, Bielsa dio
también por justo vencedor al Real Madrid. "La actuación del rival mereció
la diferencia que obtuvo. A nosotros nos costó mucho lograr que el partido se
emparejara y lo conseguimos en segmentos cortos de tiempo”, concluyó.
Por su parte, José Mourinho, como nos
tiene acostumbrados, no quiso hablar con la prensa. De hecho, el técnico
madridita pegó un manotazo a la periodista Susana Guash cuando ella intentó que
le concediera unas palabras. La única privilegiada fue una cadena de Portugal,
a la que Mou permitió subir al autobús. Ante la cámara portuguesa, confesó
“estar muy feliz por su séptima Liga” y consideró que el Real Madrid era “justo
vencedor de esta Liga por su esfuerzo.”
Esta liga la ha ganado todo un
campeón, un gran campeón, el Real Madrid. Frente a otro enormísimo campeón, el
Athletic Club de Bilbao.